Que se entienda bien que no existen malas palabras o insultos si no hay mala intensión o agresión.
Pero sería interesante que esta persona (Laverni) pueda acceder a los conocimientos que todo ciudadano tiene derecho y obligación de saber.
Los pobladores del norte del país o más precisamente de la puna jujeña, tienen muchas mas cosas en común con los bolivianos de Villazón y alrededores que con la gente de la pampa húmeda. Eso pasa cuando los humanos ponemos límites más allá de las barreras regionales. Si uno viaja a la Quiaca, ciudad opuesta a nuestra Ushuaia por encontrarse en el otro extremo cardinal del país, observará que el río Toro (el límite con nuestro país hermano), en su época de baja posee un caudal menor que el que lleva nuestro chorrillo del oeste. Ese límite imaginario impuesto por los separatistas no tiene sentido.
Por ello cabe rescatar que la palabra boliviano (para un argentino) no es un insulto si no hay intención de agredir.
Loable es la actitud del pueblo boliviano que nos está dando una gran lección de lucha, conciencia y solidaridad. Lo que hace que hoy en día ser boliviano sea un orgullo para aquel que lo detenta.
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